El uso estratégico de esta herramienta permite a las empresas superar barreras de tiempo e incluso de conocimiento técnico
Tiempo de lectura
4 minutos
Fecha
31/10/2024
Autor/a
Itziar Martínez
La inteligencia artificial (IA) se ha consolidado como una herramienta fundamental para impulsar la productividad y las ventas en las pequeñas y medianas empresas (pymes). Para todas ellas ya no es una opción la transformación digital, sino una necesidad para no quedar rezagadas en la carrera de la innovación. En este artículo analizamos el impacto que la IA tiene en las pymes de la mano de Gerardo Salvador, secretario general de JOVEMPA (Federación de Asociaciones de Jóvenes Empresarios de la Provincia de Alicante).
Los principales beneficios de la IA en pymes: aumento de competitividad y productividad
La inteligencia artificial no solo optimiza procesos, sino que permite a las pymes aumentar su competitividad y su productividad. Esta herramienta mejora las posibilidades de la pequeña y mediana empresa en un mercado cada vez más digital. Este enfoque refuerza la idea de que, más allá de una tendencia tecnológica, la IA representa un cambio estratégico indispensable para mantener la competitividad.
«La IA permite no perder el carro de la innovación porque aunque seas una empresa local compites en un mercado global. Una de las principales ventajas de la IA es que te permite estar en una carrera (tecnológica) que ya es imparable. Los cambios que se van a implantar serán rapidísimos y si no estás preparado, te quedas fuera. Además, de la inmensa productividad que proporciona», ha explicado el secretario general de JOVEMPA.
Mejora la experiencia final del cliente, lo que propicia su fidelización o captación
Esta herramienta ha irrumpido en los procesos productivos, así como en la mejora del producto final o de la experiencia del cliente. El uso estratégico de la inteligencia artificial permite a las empresas superar barreras de tiempo e incluso de conocimiento técnico, posicionándolas con éxito en un mercado global.
Gracias a sus sistemas de recopilación de datos, la IA capta todas las interacciones que los clientes tienen con la empresa. Además, ayuda a crear una experiencia única y personalizada para cada usuario y facilita el hecho de dirigir la atención a cada cliente de forma individual, ya sea mediante correos electrónicos, chatbots, en el sitio web o en contenidos publicitarios, basándose en los intereses y preferencias que identifica a partir del comportamiento de cada usuario.
«En ventas se están mejorando las experiencias del cliente, por ejemplo, con chatbots. Con IA van a tener toda la información y la empresa en cuestión podrá hacer un chatbot directo sobre el problema del cliente, independientemente de cómo exprese la pregunta», ha manifestado Gerardo Salvador.
ChatGPT ha favorecido la introducción de la IA en las pymes por su bajo coste y fácil utilización
La irrupción de ChatGPT en el mundo empresarial ha facilitado enormemente la adopción de la inteligencia artificial en pequeñas y medianas empresas (pymes), convirtiéndose en una herramienta accesible tanto por su bajo coste como por su facilidad de uso, ya que no es necesario un amplio conocimiento digital.
Con la posibilidad de interactuar mediante un chat sencillo, cualquier empresa puede aprovechar conocimientos avanzados y recibir respuestas inmediatas a sus consultas, desde estrategias de marketing hasta análisis de mercado. Para Salvador, esta accesibilidad ha marcado «un antes y un después» para las pymes, permitiéndoles competir con grandes empresas al integrar la IA en su operativa diaria.
El miedo y la falta de tiempo, las principales barreras para la transformación digital
A pesar de las numerosas ventajas que la IA ofrece a las pymes, hay ciertas barreras que frenan su utilización. Uno de los principales factores es el miedo: muchas empresas aún desconfían del destino y uso de la información que generan sus consultas y datos, según ha explicado el secretario general de JOVEMPA.
En menor medida, otro obstáculo es la falta de tiempo. Las pymes suelen estar tan inmersas en las demandas diarias de su operación y les resulta complicado detenerse para implementar nuevos sistemas o capacitar al equipo en el uso de estas herramientas.
La incorporación de la inteligencia artificial supone un cambio en las estructuras y dinámicas de las empresas, lo que puede percibirse tanto como una oportunidad como un desafío. Esta transformación implica una reorganización interna que, si bien puede generar cierta incertidumbre, también abre la puerta a nuevas formas de ser más eficiente y productivo. Para que el cambio sea positivo, es esencial que la comunicación fluya y que el equipo esté involucrado activamente, ya que la participación de los empleados no solo facilita la transición, sino que también genera un sentido de pertenencia y compromiso con los nuevos objetivos de la empresa, según Gerardo Salvador.
Para las pymes, aunque este cambio representa un reto considerable, es uno más en su trayectoria de adaptación continua a un mercado competitivo. La clave está en gestionar esta transición de manera inclusiva, reconociendo las inquietudes del equipo y promoviendo una cultura de aprendizaje y apertura hacia la IA. Lograr que los empleados se sientan partícipes del cambio no solo mejora la cohesión interna, sino que también refuerza la capacidad de la empresa para adaptarse y prosperar en la era digital. Actualmente, las pymes pueden superar estas barreras con ayudas como el Kit Consulting, la cual facilita su integración en la compañía.
La comunicación, factor clave para implementar decisiones tecnológicas en las compañías
La integración de la inteligencia artificial en una empresa debe contar con el respaldo claro y decidido de la dirección. Aunque en teoría debería haber una colaboración fluida entre todas las áreas, en la práctica este nivel de comunión suele ser difícil de alcanzar. Para Gerardo Salvador la dirección tiene la responsabilidad de definir la visión y comunicarla de manera transparente a los empleados, especialmente a aquellos que no participan directamente en la toma de decisiones.
«La decisión de implementar IA debe salir de Recursos Humanos, porque es de dónde tienen que salir estos consensos, pero lo ideal es que haya una comunión entre todos. Esto es la teoría, pero nunca se cumple. Desde luego la dirección tiene que tener claro que quiere ir hacia esto y comunicarlo al resto de trabajadores que no tiene tanto peso en la toma de decisiones. Lo que tiene que fluir es la comunicación, que es el reto más grande de las compañías», ha manifestado el miembro de JOVEMPA.
La digitalización implica cambios organizativos inmediatos, pero también mejoras instantáneas
La incorporación de la inteligencia artificial supone un cambio en las estructuras y dinámicas de las empresas, lo que puede percibirse tanto como una oportunidad como un desafío. Esta transformación implica una reorganización interna que, si bien puede generar cierta incertidumbre, también abre la puerta a nuevas formas de ser más eficiente y productivo. Para que el cambio sea positivo, es esencial que la comunicación fluya y que el equipo esté involucrado activamente, ya que la participación de los empleados no solo facilita la transición, sino que también genera un sentido de pertenencia y compromiso con los nuevos objetivos de la empresa, según Gerardo Salvador.
Para las pymes, aunque este cambio representa un reto considerable, es uno más en su trayectoria de adaptación continua a un mercado competitivo. La clave está en gestionar esta transición de manera inclusiva, reconociendo las inquietudes del equipo y promoviendo una cultura de aprendizaje y apertura hacia la IA. Lograr que los empleados se sientan partícipes del cambio no solo mejora la cohesión interna, sino que también refuerza la capacidad de la empresa para adaptarse y prosperar en la era digital.
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