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Barreras de las empresas para implementar una transformación digital (y soluciones)

Según el agente de innovación de CEDELCO, Rafael Hernández, las barreras principales que frenan la transformación digital de las organizaciones son: La confusión informativa, el presupuesto y la oferta

Tiempo de lectura

5 minutos

Fecha

22/11/2024

Autor/a

Itziar Martínez

La carrera hacia la transformación digital abre un abanico de desafíos para las empresas que buscan mantenerse competitivas en un mercado en constante evolución. Sin embargo, este camino no está exento de obstáculos. Desde la falta de recursos económicos hasta la resistencia al cambio, las barreras para implementar procesos digitales son múltiples y, en ocasiones, desalentadoras. En este artículo, exploraremos las barreras más comunes que enfrentan las empresas en su proceso de digitalización y profundizaremos en las soluciones propuestas por Rafael Hernández, agente de innovación del Círculo de Empresarios de Elche y Comarca (CEDELCO).

La confusión informativa frena su aplicación y la mejora de la oferta lo solucionaría

Según el agente de innovación de CEDELCO, las barreras principales que frenan la transformación digital de las organizaciones son tres: La confusión informativa, el presupuesto y la oferta.

Sobre la dispersión de la información que existe y la confusión informativa, Rafael Hernández considera que «estamos en un momento de gran avance tecnológico y se mezcla por una parte lo que encontramos en medios generalistas, que es muy espectacular, y la información puramente tecnológica. Las empresas no saben distinguir las realidades de lo futurible, porque el mensaje es complejo«.

Acerca del presupuesto, considera que lo preciso es considerar el retorno de inversión que la organización obtendrá por aplicar herramientas y procesos basados en tecnología, que antes no disponía: «No es tanto hasta dónde vamos a llegar, sino cuál es el beneficio que se va a obtener con la inversión. Aquí, también hay incertidumbre porque los cambios son continuos. Se encuentran con un problema de cuándo abordar la inversión».

Sobre la oferta, señala que no está clara, al no ser un producto o paquete cerrado que aplicar de manera homogénea en las organizaciones. «Esto no es como ir a un supermercado y coger un producto de un lineal. Con el tema de la inteligencia artificial dices: Vale, me interesa, creo que se puede aplicar en un proceso de mi empresa. Pero, ¿dónde está eso? ¿Tengo un producto? Estamos acostumbrados a transformaciones que están basadas en productos muy identificados y existe todo un aspecto muy amplio en estos momentos que resulta más difícil de identificar en la oferta», aclara Rafael Hernández.

Una forma de minimizar el efecto de estas barreras viene dado por hacer una oferta informativa clara. Quiere esto decir, que una de las soluciones es que el mensaje que reciba la empresa ha de ser claro y adaptado a su ámbito de actuación: «Lo que mejor funciona, en este caso, son los ejemplos positivos en los cuales vemos una empresa similar que ha adoptado una transformación digital y le ha supuesto unos beneficios». Otra de las soluciones pendientes es generar una mayor personalización de las ofertas hacia las compañías, con la que enseñar cómo se pueden adaptar los productos o las metodologías a la operatividad de cada una de las compañías.

Rafael Hernández, agente de innovación de CEDELCO durante la entrevista a Zataca

 

La resistencia al cambio es un contra, pero los resultados merecen la pena

Al igual que el ser humano, las empresas tienen resistencia al cambio. Sin embargo, hay varios perfiles identificables en un proceso de evolución tecnológica transversal, como el actual. Desde el perfil que está muy abierto al cambio, hasta el que espera que la competencia se suba a la ola de la transformación para tomar la decisión.

«Hay varios perfiles: El beta tester, que siempre está a la última, hace pruebas de las últimas novedades y se plantea si implantar esas herramientas en sus empresas. Y, luego, está la gente que espera a ver si el resto de competidores empiezan a adaptar sus sistemas, ve lo que funciona y lo que no, y luego toma decisión», matiza Hernández, quien añade que «dentro de este abanico hay una resistencia relativa. Las empresas que prosperan o se mantienen, son las que apuestan por la innovación».

La resistencia al cambio se supera cuando se demuestra claramente el resultado de la operación costes y beneficios, según Rafael Hernández: «Son costes que no solo implica el proceso de digitalización, sino el coste en cantidad de tiempo que vas a requerir de tus trabajadores para llevar a cabo la transformación digital. Y, también habrá que emplear un tiempo en analizar la propia empresa y saber cómo va a mejorar porque puede que haya que cambiar actitudes o modos de trabajo».

Desde CEDELCO difunden la idea de trabajar con una visión en el medio y largo plazo para obtener resultados notorios, porque a corto plazo es más sencillo ver el resultado del coste y el beneficio, pero a medio o largo plazo las organizaciones son capaces de establecer un plan más amplio, «en el que conocen que en seis meses no van a tener un beneficio directo, pero en doce meses tendrán una posición privilegiada con respecto a su competencia o con una nueva apertura de mercado».

La muestra de los beneficios cualitativos y cuantitativos a las empresas tras aplicar transformaciones digitales es clave para poder paliar el miedo al cambio. Si la organización puede visionar, con datos y ejemplos, cuál será su estado en seis o doce meses, es más sencillo ganarle la batalla a la resistencia al cambio.

 

El recelo a compartir la información de las empresas se combate con ciberseguridad

Durante los procesos de digitalización, las empresas tienen que compartir sus datos. En este sentido, existen organizaciones más abiertas a facilitar la información y por el contrario, aquellas que no quieren poner a disposición de otros sus datos. Pero, para Rafael Hernández, «la realidad es que no hay empresas que prosperan actualmente si no utilizan correo electrónico o Whtasapp», y le pregunta a las compañías si conocen cómo se codifican esos datos o si están cifrados «porque la información se está utilizando ya, por lo que la resistencia no es tanto a un hecho concreto, porque ya lo utilizan, sino a una idea general de no querer perder el control de los datos».

Entre las empresas que están más avanzadas en digitalización, y que incluso usan inteligencia artificial, es común escuchar a sus miembros preguntarse qué se hace con los datos que se usan para entrenar al sistema, si lo utilizará la competencia o quién los puede usar. El agente innovador matiza que la tecnología trae consigo oportunidades, pero también abre un abanico de perjuicios. «Hay que invertir en tecnología, pero también en protección. Es importante invertir en seguridad, porque si no el delito no se detiene», señalan desde CEDELCO.

 

La operativa del día a día frente a la toma de decisión fundada en datos

La operativa del día a día, apagar fuegos de inmediato o atender a las necesidades diarias de la empresa provoca que la decisión de iniciar una transformación digital se dilate en el tiempo o, incluso, no se llegue a tomar. Sin embargo, para el agente innovador es vital tener altura de miras (con esa idea planteada anteriormente de visionar objetivos a largo plazo) y considera que la mayor parte del tiempo se emplea en el momento previo a implantar la transformación y no tanto durante la aplicación.

«El tiempo es un condicionante porque la implantación de un sistema de digitalización no implica únicamente llegar y poner un programa, sino un trabajo previo para ver qué necesita o no una empresa, qué es lo que funciona o lo que no… Ese tiempo lo que causa es la inquietud por no tener cuantificado qué significa. Hay que aproximarse con esa idea por delante de que se tiene que emplear tiempo y recursos en diseñar un sistema y luego se implementa», aclara el agente innovador.

Un CEO se enfrenta a decisiones estratégicas que pueden marcar el rumbo de su empresa, y la clave para tomarlas con confianza reside en tener datos claros y accesibles. Cuando dispone de información relevante, como costos estimados, plazos definidos y proyecciones de impacto, puede evaluar riesgos, analizar alternativas y ejecutar estrategias con precisión. Los datos se convierten así en el pilar que sustenta la toma de decisiones de la compañía.

Por el contrario, la falta de datos genera incertidumbre y preocupación. Sin cifras claras o análisis sólidos, un CEO enfrenta un escenario de especulación que lo aleja de decisiones acertadas. Por ello, contar con herramientas y procesos que faciliten el acceso a datos no solo es una ventaja competitiva, sino una necesidad. «Un CEO puede tomar una decisión cuando tiene los datos delante. Cuando tiene inquietud es cuando no los tiene, porque no sabe cuánto le va a costar, cuánto va a tardar o qué va a suponer», manifestó Hernández.

Imagen de archivo de Zataca

 

El presupuesto frena la digitalización si se considera un gasto y no una inversión

La digitalización empresarial ha evolucionado y ha pasado de ser un proceso simple, como instalar un software básico, a convertirse en un desafío complejo debido a la falta de una oferta tecnológica clara y uniformizada. En el panorama actual, las empresas enfrentan una dispersión de información que dificulta identificar qué herramientas o servicios necesitan realmente para transformarse digitalmente. Este desorden genera incertidumbre, ya que no solo no se entienden las opciones disponibles, sino tampoco los precios o el alcance real de los beneficios. Esta falta de claridad deja a muchas organizaciones paralizadas, incapaces de avanzar en un entorno donde la tecnología es esencial para la competitividad.

En este sentido, el presupuesto no siempre es el principal obstáculo. Más allá del costo inicial, las empresas buscan entender el valor que obtendrán a cambio de su inversión. El factor determinante para avanzar en un proceso de digitalización no es cuánto se gasta, sino el impacto positivo que la tecnología puede generar en términos de eficiencia, productividad o resultados. «El presupuesto está claro que dicta qué inversiones hacer, pero no importa cuánto cuesta sino qué beneficio se obtendrá con respecto a esa inversión. Este concepto es un factor clave para que la empresa decida si invertir en el proceso de digitalización», añade el miembro de CEDELCO.

La formación de los equipos es una asignatura pendiente y, a la vez, la solución

«Es uno de los aspectos clave que todos los empresarios dicen que tienen que mejorar. En estos momentos hay mucha distancia entre la necesidad práctica de una empresa y cómo se forma a la gente que va a trabajar en esos puntos. En digitalización es importante porque hace falta formación, ¿pero qué tipo de formación? No todas las empresas pueden contar con un tecnólogo especializado y que se dedique exclusivamente a ello», señala Hernández, quien reconoce que la mayoría de empresas son pymes y tienen muchas necesidades inmediatas o prioritarias.

La digitalización empresarial no solo implica la incorporación de tecnología, sino también una transformación en los procesos y una comprensión estratégica de las necesidades internas. Según Rafael Hernández, «lo que sí sería aconsejable es tener formación a nivel de que una persona que tuviera conocimiento de la operatividad de la empresa tuviera también un conocimiento somero sobre qué implica la digitalización». Esta formación no busca convertir a los empleados en especialistas técnicos, sino en coordinadores capacitados para liderar el proceso de digitalización dentro de la empresa. Es más importante entender los puntos débiles y fuertes del negocio y qué soluciones ofrece el mercado, que tener un conocimiento tecnológico avanzado.

Si bien contar con un especialista en datos sería lo ideal, Hernández pregunta cuántas empresas se pueden permitir tener un especialista en datos, a lo que responde que «pocas, porque la rentabilidad que le van a obtener para un tiempo determinado es muy baja». Por ello, la formación debe enfocarse en los procesos y en el análisis estratégico, permitiendo identificar las verdaderas necesidades digitales de la empresa y valorar las ventajas que pueden aportar las soluciones tecnológicas disponibles. Así, las organizaciones pueden avanzar en su transformación de manera eficiente y adaptada a sus recursos y objetivos.

 

El origen de la innovación es dispar, pero lo importante es atreverse el cambio

La innovación dentro de una empresa puede surgir desde cualquier área y, en muchos casos, proviene de personas que no están directamente involucradas en ciertos procesos. Estas perspectivas externas permiten generar ideas disruptivas que aportan un valor inesperado. Sin embargo, para que estas ideas lleguen a materializarse, es crucial establecer una estructura que facilite su comunicación y análisis en la organización. «El CEO no puede estar en el día a día de cómo se mueve una carretilla en el almacén, pero la persona que está allí sí», destaca Herández sobre la importancia de aprovechar el conocimiento operativo del equipo. Así, las empresas necesitan un sistema donde los inputs del personal se canalicen hacia un gestor que coordine esta información con los avances tecnológicos disponibles.

El papel del CEO es fundamental en este proceso. La innovación requiere no solo una estructura eficiente, sino también el compromiso total del liderazgo. «En aquellas empresas donde hablamos con ellos y el CEO es un convencido de la innovación, sabemos que la innovación está en toda la parte de la escala», explica. Si el liderazgo no está alineado con el impulso de la transformación y la mejora continua, cualquier esfuerzo innovador puede quedar relegado. Por ello, el convencimiento del CEO no es solo deseable, sino necesario para el éxito de cualquier estrategia de innovación.

Además, el CEO tiene un enfoque práctico y orientado a resultados. «Trabaja con datos y volvemos a lo mismo: ¿Cuál es el coste de esto y cuál es el beneficio?», enfatiza. No importa si se trata de implementar inteligencia artificial en los procesos operativos o de invertir en mejoras físicas como nuevos cristales para reducir el calor en un almacén, lo esencial es que estas decisiones aporten beneficios claros para la empresa. El CEO busca que la organización funcione de manera eficiente y rentable, y la innovación, cuando se presenta con datos claros y tangibles, se convierte en una herramienta poderosa para alcanzar estos objetivos.

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